manifies-toe de absurdo-anarquismo pragmático
Todo el trabajo artístico, activista, y académico de Huge Sillytoe está motivado por la filosofía de absurdo-anarquismo pragmático que Huge ha desarollado y sigue desarollando a través de sus prácticas experimentales de performance e investigación (auto)etnográfica. He aquí la primera edición de su Manifies-toe del Absurdo-Anarquismo Pragmático – un intento de expresar las ideas y prácticas claves de esta nueva filosofía artística-política en la manera más concisa y accesible posible.
Este manifiesto, en resistencia contra el dogmatismo del formato tradicionalmente inflexible de los manifiestos, es un trabajo en progreso y se quedará siempre abierto a alteraciones y colaboraciones. No hay ninguna certeza. El único dato es el absurdo.
En el nombre de claridad y brevedad, este manifiesto no habla directamente sobre la literatura teórica ni empírica ni etnográfica que le ha influido sino busca representar sus ideas claves en una forma condensada.
Para leer una exploración más rigurosa de argumentos parecidos, y que interroga el trabajo de numerosos filósofos/antropólogos/artistas históricos y contemporáneos en exploración de interconexiones entre la filosofía absurdista metafísica y la filosfía política anarquista en relación con distintas nociones culturales del poder, conocimiento, y juego, se puede consultar la escritura académica de Huge escrito bajo el seudónimo ‘Dr. Hugh Sillitoe’. Escribele aquí si te gustaría recibir un poco de esta literatura por correo o la copía más reciente de la Bibliografía del Absurdo-Anarquismo Pragmático!
El texto aqúi busca presentar – en la manera más liviana pero precisa posible – que un artista/activista absurdo-anarquista pragmático podría ser y hacer.
Huge Sillytoe ofrece sus performances y otras prácticas artísticas/activistas como hojas adicionales en este intento de desenredar lo que puede ser el acto absurdo-anarquista pragmático e invita otros artistas, activistas, y criaturas de todos tipos a interactuar con estas ideas y sugerir nuevos caminos por los cuales podemos llegar más cerca a la liberación poética total de todos los seres absurdos. Por favor, por favor, por favooooorrrrrr no dudes en escribirle a Huge si te gustaría hablar más de esto y/o colaborar en (no)happenings absurdo-anarqusitas pragmáticos en el futuro.
Manifies-toe del Absurdo-Anarquismo Pragmático
La esencia del absurdo-anarquismo es que no hay ningún significado fundamental identificable para ser y que dentro de esta condicíon existencial compartida de ser, en lo profundo, nada, todos los seres del mundo son iguales y por lo tanto todas las jeraquías del poder/conocimiento son intrínsecamente inválidas.
La reina no significa nada. El presidente no significa nada. El señor, el patrón, y el jefe no significan nada.
Tú no significas nada.
Yo no significo nada.
Nosotros no significamos nada.
O es decir, todos los de arriba pueden (no)significar mucho, pero siempre y cuando nosotros co-construyamos y reforcemos tales (no)significados a través de interacción con otros seres fundamentalmente sin sentido.
Esto no es socavar la validez de las emociones que rodean nuestros (no)significados co-construidos.
Las mariposas en tu estómago, el nudo en tu garganta, y el resplandecimiento de tu corazón son para sentir, no negar.
Esto tampoco es negar que los (no)significados que construimos, o que pueden ser fabricados por los con más poder y privilegios y impuestos a los más vulnerables y marginalizados, tienen consequencias socio-políticas muy profundas.
Las heridas de la opresión no se curarán a través de la negación.
El artista/activista absurdo-anarquista busca precisamente reconocer la realidad amarga de la desigualdad y subyugación a la vez de reconocer la falta completa de fundamento de tal tiranía y exponer esto a través de acción y producción transgresiva.
En un paso adicional, el artista/activista absurdo-anarquista puede anotar como llegar a esta misma comprensión de la invalidez total del poder y luego tomar acción contra-hegemonica en respuesta es en sí mismo potencialmente un paso más simple y menos peligroso para los que ya están menos oprimidos por tales redes injustificables-pero-omnipresentes del poder/conocimiento. El autor de este manifiesto por ejemplo – un hombre blanco europeo que dice que también es un dedo de pie enorme y tonto con una habilidad para metamorfosearse en cualquier forma – reconoce que su capacidad de hacer tal declaración y llevar a cabo intervenciones contra-normativas está facilitado por su propia posición interseccional más ventajosa en relación con el mismo artificio de privelegio que queire que sus acciones puedan contribuir a destruir.
Sin ni una pierna para apoyarse, las botas fascistas siguen pisando igual, y de una manera mucho más brutal para unos que otros.
Este reconocimiento de la injusticia pura de un ser absurdo declarandose superior a otro ser absurdo y usando tal declaración sin base para legitimar abuso, esclavitud, y masacre tiene sus propias ramificaciones emocionales para el absurdo-anarquista: asco y rabia hacia jerarquías; compasión y empatía para los oprimidos; perplejidad y aturdimiento frente de la aprobación generalizado de normas y estucturas de poder/conocimiento opresivas incluso por muchas personas dominadas por ellas.
Exasperación frente de la ridiculez terrible y terco del Poder – esto puede ser visto como uno de las motivaciones principales de acción absurdo-anarquista.
Nociones dominantes del ‘sentido’ afianzan quien está generalmente considerado de tener derecho a poder y quien no. Buen sentido se viste con un traje opulento. Buen sentido come su carne con los cubiertos correctos. Buen sentido coloca una medalla en la amohada que usa para sofocar los pobres.
Por eso el absurdo-anarquista grazna en falsete payaso y barítono bufonesco que para atacar a matrices del poder injustas también tenemos que atacar a las construcciones del ‘sentido’ en las cuales tienen sus raices.
Aquí si un artista o activista operara solamente dentro de las infraestructuras de nociones dominantes del sentido supuestamente racional, arriesgaría simplemente reforzar las mismas estructuras hegemónicas de poder que sus acciones ostensiblemente buscan deshacer. En lugar de esto, el artista/activista absurdo-anarquista extravagantemente desafia y quebra normas del comportamiento esperado.
Estar llamado irracional, loco, pueril, o estúpido por los que formulan sus juicios según construcciones dominantes del ‘sentido’ es un cumplido y una victoria para el absurdo-anarquista. Esto es otro trocito sacado de los muros que marcan las fronteras de un orden supremacista que intenta autolegitimizarse a través de construcciones del ‘sentido común’.
Pero la pregunta persiste – qué es el absurdo?
La palabra’ ‘absurdo’ tiene su raiz en la palabra de latín ‘absurdum’ que signifca ‘fuera de tono’. El absurdo, en su núcleo etimológico, es desarmonía. Es la cacofonía que grita entre lo que uno puede percibir ‘debería ser’ idealmente y lo que uno puede percibir ‘es’ realmente.
Aquí, escuchando muy atentamente, el absurdo-anarquista puede detectar dos principales hilos de disonancia, entretejidos de una manera estremecedora.
Podemos nombrar el primer hilo ‘el absurdo existencial’. Aquí no importa cuanto uno lo desea, no hay una razón fundamental identificable para existir.
Podemos nombrar el segundo hilo ‘el absurdo socio-político’. Aquí todos los seres del mundo son fundamentalmente iguales dentro de su incapacidad compartida de identificar un significado total para existir, pero sin embargo desigualdades de poder/conocimiento y todas las opresiones consecuentes persisten a pesar de su invalidez absoluto.
El absurdo existencial es constante para todos los seres del mundo siempre, como un drono desarmónico que nunca para.
El absurdo socio-polítcio, por más que sea también ineludible, fluctua en su expresión por populaciones diferentes entre lugares y tiempos diferentes, como un ajetreo incesante de notas desarmónicas e injustas que nunca paran de oscilar.
Las gaitas, tocadas horrendamente, nos regalan una metáfora para la combinación del absurdo existencial y socio-político que puede ser visto de caracterizar nuestras vidas. La nota grave y consistente del tubo del drono representa la condición existencial sin sentido adentro del que todos vivimos y morimos igualmente; las notas vibrantes y más agudas del tubo del puntero representan el desequilibrio cambiante-pero-constante de poder/conocimiento que injustamente les aflige a unos más que otros.
Y qué es el anarquismo?
Anarquismo, en los más maravillosamente crudos de términos, es el rechazo de la autoridad y la afirmación y defensa de la autonomía.
Escuchando el drono del absurdo existencial, reconociendo nuestra igualdad fundamental con todos los seres del mundo dentro de esta condición, el absurdo-anarquista identifica el imperativo de resistir toda autoridad como injustificable. El absurdo-anarquista busca realizar un mundo que asuma la igualdad esencial de todos seres absurdos más completamente en realidad, empujando los huecos del puntero chirriante del absurdo socio-político en búsqueda de más armonía, o por lo menos una desarmonía más obvia que podría provocar más consideración de la ridiculez compartida de ser y la injusticia pura de riqueza y poder polarizado entre seres igualmente absurdos.
Entonces por qué hablamos del pragmatismo también?
Pragmatismo es en esencia la práctica de prestar atención a las aplicaciones posibles y practicables de una teoría o ideología.
Con respeto al absurdo-anarquismo, pragmatismo entra la equación con el reconocimiento de que, no importa tan duros trabajamos para abolir nociones hegemónicas del ‘sentido’ y las estructuras del poder que sostienen, infraestructuras normativas que posibilitan y legitiman opresión y desiguladad persisten inevitablemente, si bien potencialmente en formas alteradas o mitigadas.
La cantidad de gente hambriente que tienen que dormir en la calle afuera de las casas de vacación deshabitadas pero protegidas con seguridad de los super-ricos; la cantidad de gente enferma muriéndose sobre las escaleras de hospitales privados o abajo del lente de la cámara del turista que sí podía pagar sus vacunas y pastillas antimaláricas; la cantidad de protectores indígenas de selvas, llanuras, ríos y otras tierras y aguas colonozidas que desaparecen en el aire de la noche; la cantidad de gente asesinada por su color de piel, su género elegido, o la forma de sexo consensual que disfruta – todas estas cifras socio-politicamente absurdas pueden bajar o pueden subir aún más.
Esto es subrayar que un remedio absoluto contra la opresión no ha existido en ningún momento de la historia humana, pero en diferentes momentos y contextos el nivel de desigualdad ha cambiado significativamente, a menudo como resultado de acciones políticas y culturales deliberadas. El artista/activista absurdo-anarquista, en lugar de meter sus dientes en el durazno indeciblemente jugoso de utopía, considera como socavar y deshacer la normalización hegemónica de la opresión y derrumbar las estructuras construidas de la ‘normalidad’ hasta la descontrucción más completa possible.
Un durazno perfecto no puede existir nunca, pero duraznos pudridos y duraznos maravillosamente suculentos pueden existir y sí existen – y aquí viene un gran pulpo haciendo malabares con tal duraznos imperfectos, un cefalópodo absurdo-anarquista pragmático intentando condensar su reconocimiento del entretejido del absurdo existencial y socio-político en un acto que va más allá del espejismo de ‘sentido’ y que replantea las preguntas confundidas de observantes – ‘Por qué?’ – y las devuelve a sus interrogadores – ‘Por qué no? Y por qué cuestionar esto y no la violencia cotidiana que nos rodea?’
Tales pepitas de durazno sembrados dentro de los cerebros de más seres son las semillas del ideal absurdo-anarquista de la liberación poética total.
La liberación poética total sería aquel momento cuando todos los seres del mundo asumen que nada tiene sentido y permiten que todas las declaraciones de poder se derriten y empiezan a fluir en un fuerte corriente del jugo de durazno perfecto por todas partes, llevando balsas que transportan no solamente pulpos que hacen malabares sino puercoespines que bailan, cangrejos enormes que hacen esculturas, osos que mantienen granjas, libélulas que tocan tambores, y un sinfín de otras criaturas creativas juntos con la diversidad completa y floreciente de la especie humana interconectado en redes de apoyo mutuo que nunca fallan. Esto sería toda la simultaneidad incongruente e inexplicable de ser y hacer corriendo todo a la misma vez en celebración del asombro increíble compartido de significar nada.
Este sueño del absurdo-anarquista puro y ingenuo no es alcanzable.
Nuestros ríos son cada día más tóxicos y puercoespines no suelen bailar.
El absurdo-anarquista pragmática reconoce la imposibilidad de la liberación poética total pero la persigue igual. Crea performances y objetos supersensibles: acciones y cosas que buscan ir más allá de concepciones convencionales de lo que podemos y deberíamos sentir. Así resiste asimilación a ordenes normativas y potencialmente coloca unas más semillas de imagianción dissidente en las mentes de más seres, los brotes de los cuales todavía podrían crecer a inhibir el funcionamiento de la máquina hegemónica un poquito más.
Así, tomando la transgresión exagerada de estructuras normativas como su práctica, el artista/activista absurdo-anarquista paradójicamente se convierte en un enigma a través de intentar provocar el reconocimiento (im)posible en masa de que el enigma subyacente e igualador es la existencia en sí.
Una progresión dialéctica hacía una (r)evolución o apocalipsis inevitable está masticado por el absurdo-anarquista y escupido en pegotes que (des)alinean para formar una letra supersensible que puede inspirar una entremezcladura tragicómica de esperanza y desesperación, fascinación y aburrimiento, amor y pesadumbre.
Un acto absurdo anarquista pragmático es entonces uno que identifica la igualdad absoluta de todos los seres del mundo dentro de la falta de una explicación fundamental para existir, buscando luego de socavar y deconstruir todos artificios jerárquicos y normativos, mientras reconociendo la imposibilidad de tal deconstrucción total de poder/conocimiento, pero siguiendo en el intento igual, yendo a ningún lado pero llegando a algún lado y reindose en el (no)camino.
Un artista/activista absurdo anarquista pragmático es un co-constructor de (no)significados contra-hegemónicos. Por ahora, tal arte y performance absurdo-anarquista puede mantener nuestros corazones latiendo a ritmos raros y rebeldes mientras nuestros cuerpos, y unos cuerpos mucho más que otros, siguen encadenados. La esperanza, más fuerte con cada acto creativo y valiente de desobedencia compasiva, es que podamos acercar más y más al punto donde todos podremos convertir nuestras cadenas en títeres. Este manifiesto es una invitación a colaborar con crear acciones y objetos transgresivos que podrían llevar nuestro mundo más cerca a una celebración radical de todas las potencialidades infinitamente diversas del ser absurdo y mutuamente compasivo. Juntos no somos solamente más fuertes, sino más extraños también. Tenemos que seguir intentando cantar el guirigay glorioso del amor universal que abraza su propia falta de sentido. Qúe más hay para hacer?